Uno de nuestros artÃculos destacados, "Esperanza para aquellos polÃticamente sin hogar" (pág. 32), es el último de una serie de seis artÃculos producidos en colaboración con el Centro de Justicia Pública, una organización cristiana independiente y no partidista enfocada en la investigación de polÃticas y la educación cÃvica. Exploramos el tema de una generación emergente de cristianos quienes se sienten sin hogar polÃticamente dentro de la polÃtica divisiva actual de los EE.UU. Recomiendo todos los seis artÃculos, escritos por autores como Richard Mouw, Vincent Bacote y Jessica Joustra, y disponibles en lÃnea en thebanner.org/tags/political-home.
Como señalaron las autoras del artÃculo, Chelsea Bombino y Katie Thompson, "Muchos cristianos describen sentirse polÃticamente sin hogar" porque se sienten "demasiado conservadores para los progresistas y demasiado progresistas para los conservadores". Las autoras preguntan, "¿Cómo pueden los cristianos demostrar y practicar el compromiso fiel con la vida pública sin poner nuestra fe final en la polÃtica, los partidos polÃticos o los lÃderes?" Ellas sugieren que los cristianos extraigan principios bÃblicos de los dos grandes mandamientos de amar a Dios y amar al prójimo para guiarse en su discernimiento sobre qué polÃticas públicas podrÃan ser más justas y mejores para el bien común. Ese discernimiento debe ocurrir sin importar en qué paÃs estemos.
Por supuesto, lo bien que entendamos lo que significa amar a Dios y amar a nuestro prójimo se correlaciona con lo mucho que nos sumerjamos en la historia bÃblica, para poder ser transformados de adentro hacia afuera, intelectual y emocionalmente, por su mensaje del evangelio y su visión del mundo. Un conocimiento superficial o fragmentado de las Escrituras producirÃa principios igualmente superficiales e incompletos que no nos guiarán bien en nuestro compromiso cÃvico.
De hecho, si sólo conocemos trozos y fragmentos de la historia bÃblica, esos trozos y fragmentos pueden convertirse fácilmente en ideologÃas e historias polÃticas seculares. Podemos confundirnos o incluso engañarnos pensando que contamos con una visión polÃtica cristiana en base a estos trozos y fragmentos teológicos bÃblicos cuando, en realidad, están vinculados a una cosmovisión más amplia, ajena a la Biblia. Este es un peligro para las personas de todas las ideologÃas polÃticas, desde los conservadores hasta los progresistas, desde los anarquistas hasta los creyentes en las teorÃas conspirativas.
Cuando nuestro clima polÃtico está tan polarizado, es en cierto sentido bueno que los cristianos estén polÃticamente sin hogar. Los cristianos que no se sienten a gusto con ninguna de las facciones polÃticas corren menos peligro de idolatrÃa polÃtica, tribalismo y partidismo. Nunca deberÃamos sentirnos como en casa en ningún partido polÃtico porque nuestra lealtad es hacia el Rey Jesús y su reino.
Una forma más positiva de decirlo serÃa que deberÃamos ser "polÃticamente excéntricos". En su blog "Christianity's Eccentricity", Peter Schuurman escribe, "Excéntrico significa literalmente descentrado, y más convencionalmente, significa ser inconformista, no seguir el estatus quo, y a veces, ser percibido como extraño ante los ojos del mundo." Servimos a un mesÃas excéntrico, que renunció a su trono celestial y se convirtió en un siervo (Fil. 2:6-7) para reconciliarse con sus enemigos pecadores al morir por ellos (Rom. 5:6-11). A diferencia de muchas otras religiones, el cristianismo no tiene un idioma, una cultura o una nación central. Entonces, ¿no deberÃa nuestra visión polÃtica ser también excéntrica, en desacuerdo con el estatus quo polarizado? Nuestras imaginaciones polÃticas no deberÃan estar esclavizadas por los patrones polÃticos del mundo. Los cristianos deberÃan ser pensadores polÃticos innovadores que se salen del patrón.
Estamos polÃticamente sin hogar porque nuestro verdadero hogar es con el Señor. Somos polÃticamente excéntricos porque servimos a un mesÃas excéntrico cuyo reino no se ajusta a los sistemas de nuestro mundo (Rom. 12:2).
About the Author
Kerwin Webb serves as associate pastor at Second Baptist Church of Asbury Park, education specialist for Interfaith Neighbors, coalition liaison for the New Jersey Social Justice Remembrance Coalition, and current president of the Greater Red Bank Area NAACP, and CPJ Sacred Sector Fellow.